Un total de 548 personas, que trabajarán en 60 municipios de la provincia adscritas a la iniciativa, comenzaron ayer a trabajar dentro del plan Lugo emprega, auspiciado por la Diputación. En próximos días iniciarán su actividad las personas seleccionadas en Sarria, en Viveiro y en Vilalba, igual que ocurrirá en Lugo, con la salvedad de que esos cuatro concellos promovieron la contratación del personal en lugar de delegar el proceso en el organismo provincial.
Desde el punto de vista del gobierno bipartito de la Diputación -como manifestó ayer el presidente, José Ramón Gómez Besteiro-, las consecuencias están claras: el programa sirve a la vez para reducir el paro en la provincia y para estimular la cooperación con los ayuntamientos. Besteiro, tras elogiar anteayer el clima de colaboración con el gobierno autonómico que permitió construir parques de bomberos en varias comarcas, criticó ayer al ejecutivo de Núñez Feijoo: «Levamos dous anos sen plans da Xunta», dijo en Pol, en donde supervisó -con el alcalde local, el socialista Lino Rodríguez- el comienzo de los trabajos. A este ayuntamiento le corresponden siete operarios.
Polémica
De todos modos el arranque del proyecto no se vio libre de polémicas. El sindicato CIG denunció que se había variado «na práctica totalidade dos concellos» se había modificado la interpretación de las notas de las pruebas de conocimiento, cuyo peso, según la organización nacionalista, bajó del 71,42» al 64,10%. Incluso aseguró la CIG que los resultados podrían ser «ilegais» por haber perjudicado «claramente» a los que se examinaron.
La Diputación replicó poco después, recalcando que no se había presentado ninguna reclamación contra las bases y que los tribunales estaban compuestos por técnicos «imparciais».
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